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En los últimos años, el término Passive House ha ganado protagonismo en el sector de la construcción sostenible. Pero, ¿qué es una Passive House exactamente? Se trata de un estándar de edificación que busca maximizar la eficiencia energética de una vivienda, reduciendo al mínimo las necesidades de calefacción y refrigeración.

Las ventanas desempeñan un papel fundamental en este tipo de viviendas. Para cumplir con los requisitos de una casa pasiva, los cerramientos deben ofrecer un aislamiento térmico de ventanas de alto nivel, combinando marcos de PVC o aluminio con rotura de puente térmico y acristalamientos avanzados como el vidrio bajo emisivo o el vidrio con control solar. Así se logra mantener una temperatura estable durante todo el año, con un consumo energético muy reducido.

Principios básicos de una Passive House

Una Passive House no es solo una vivienda eficiente, sino que responde a una serie de principios técnicos reconocidos internacionalmente:

  • Aislamiento superior: cerramientos bien diseñados que reducen las pérdidas de calor y evitan puentes térmicos.
  • Ventanas de altas prestaciones: carpinterías de calidad con rotura de puente térmico y vidrios especializados.
  • Estanqueidad al aire: eliminación de filtraciones que puedan comprometer el confort interior.
  • Ventilación con recuperación de calor: sistemas que garantizan aire limpio y fresco con mínimo gasto energético.
  • Aprovechamiento solar: orientación y acristalamientos con control solar para maximizar la luz natural sin sobrecalentar la vivienda.

En definitiva, el concepto de qué es una Passive House se traduce en una vivienda más confortable, sostenible y con una factura energética muy reducida, donde las ventanas juegan un papel protagonista.

El papel de las ventanas en una Passive House

Uno de los elementos más importantes para lograr una Passive House son las ventanas de altas prestaciones. Estos cerramientos no solo permiten la entrada de luz natural, sino que también son responsables de gran parte de las pérdidas o ganancias de energía en una vivienda convencional. Por ello, al construir o rehabilitar bajo el estándar de casa pasiva, es fundamental apostar por carpinterías con las siguientes características:

  • Aislamiento térmico superior: las ventanas con rotura de puente térmico y los perfiles multicámara en PVC logran evitar fugas de calor en invierno y de frescor en verano.
  • Acristalamientos especializados: el vidrio bajo emisivo y el vidrio con control solar trabajan en conjunto para mantener el equilibrio perfecto entre confort y eficiencia energética.
  • Herrajes de estanqueidad: un buen cierre perimetral garantiza que no existan filtraciones de aire, clave para cumplir con la hermeticidad exigida por el estándar Passive House.

En Efikuo recomendamos soluciones que combinan ventanas de PVC con doble o triple acristalamiento. Este tipo de cerramientos permite reducir la demanda energética de calefacción y refrigeración en más de un 70%, lo que se traduce en facturas mucho más bajas y en un mayor confort para los usuarios. Además, las ventanas con control solar reducen el deslumbramiento y protegen los muebles y textiles del desgaste producido por la radiación ultravioleta.

Otro aspecto clave es la correcta instalación de las ventanas. Un montaje profesional asegura que los materiales mantengan su rendimiento y que no aparezcan problemas de condensación o fugas. Por eso, si quieres dar el paso hacia una vivienda más sostenible, elegir a un instalador especializado en sistemas de alta eficiencia es tan importante como la calidad del propio producto.

Ventanas con rotura de puente térmico: eficiencia y confort

Las ventanas con rotura de puente térmico son imprescindibles para cualquier proyecto que aspire a cumplir con el estándar de Passive House. Esta tecnología consiste en intercalar un material aislante entre la cara interior y exterior del marco de aluminio, evitando que el frío o el calor se transmitan al interior de la vivienda.

En combinación con vidrios de última generación, este sistema consigue reducir drásticamente las pérdidas energéticas y mejorar el confort. Gracias a la rotura de puente térmico, se elimina la sensación de “pared fría” junto a la ventana y se evitan problemas habituales como el vaho en los cristales o la aparición de humedades por condensación.

Las ventajas de este tipo de ventanas son múltiples:

  • Mayor confort interior: mantiene la temperatura estable y evita cambios bruscos en invierno o verano.
  • Ahorro energético: disminuye el consumo de calefacción y aire acondicionado.
  • Revalorización del inmueble: contar con ventanas de aluminio con rotura de puente térmico aumenta la eficiencia energética de la vivienda, un aspecto muy valorado en el mercado inmobiliario actual.

En resumen, si te preguntas qué es una Passive House y cómo conseguirla, la elección de ventanas con rotura de puente térmico y vidrios selectivos es uno de los pasos más importantes. Estos cerramientos no solo cumplen con la normativa, sino que también garantizan que la inversión en eficiencia energética se traduzca en beneficios reales a corto y largo plazo.

Ventanas de Seguridad

Ejemplos prácticos de ventanas en una Passive House

Para entender mejor cómo funcionan las ventanas en una Passive House, resulta útil ver ejemplos prácticos de proyectos reales. En viviendas situadas en la zona centro de España, donde los inviernos son fríos y los veranos muy calurosos, la solución más extendida es instalar ventanas con triple acristalamiento bajo emisivo, combinadas con gas argón en la cámara y perfiles de PVC multicámara.

Este tipo de cerramiento permite que la temperatura interior se mantenga estable en torno a los 21 ºC, incluso cuando fuera hay picos de frío o de calor. El ahorro energético medio anual en estas viviendas supera el 60% respecto a las casas tradicionales con ventanas simples. Además, las ventanas con control solar evitan el sobrecalentamiento en verano, reduciendo la necesidad de aire acondicionado.

En zonas con climas más húmedos, como la costa norte, es habitual recurrir a ventanas de aluminio con rotura de puente térmico, ya que este material resiste mejor las inclemencias y mantiene el aislamiento en condiciones de alta exposición a la lluvia. Aquí, la combinación de vidrio bajo emisivo y capas acústicas también mejora el confort frente al ruido exterior, otro aspecto clave en las Passive House urbanas.

Estos ejemplos muestran que no existe una única receta. Lo esencial es que la instalación de ventanas sea realizada por profesionales que entiendan las necesidades específicas de cada proyecto y adapten el diseño al entorno climático, la orientación y el presupuesto del cliente.

Beneficios de vivir en una Passive House

Vivir en una Passive House con ventanas de alta eficiencia ofrece una serie de beneficios que van más allá del ahorro energético. La primera ventaja es el confort: al eliminar corrientes de aire y mantener una temperatura uniforme, los espacios resultan mucho más agradables para la vida diaria.

Otro beneficio clave es la salud. Las casas pasivas incluyen sistemas de ventilación controlada que garantizan aire limpio, libre de polvo y polen, lo que mejora la calidad de vida de personas con alergias o problemas respiratorios. Además, al evitar humedades y condensaciones, se reduce el riesgo de moho y bacterias.

En el ámbito económico, la inversión inicial en ventanas con rotura de puente térmico y vidrios de control solar se amortiza en pocos años gracias al ahorro en calefacción y refrigeración. Y a nivel medioambiental, las emisiones de CO₂ se reducen de forma significativa, contribuyendo a un futuro más sostenible.

Por último, es importante destacar la revalorización del inmueble. Una vivienda certificada como Passive House no solo consume menos energía, sino que también incrementa su valor de mercado, ya que cada vez más compradores priorizan la eficiencia energética al tomar decisiones de compra.

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Ejemplos prácticos de ventanas en una Passive House

Para entender mejor cómo funcionan las ventanas en una Passive House, resulta útil ver ejemplos prácticos de proyectos reales. En viviendas situadas en la zona centro de España, donde los inviernos son fríos y los veranos muy calurosos, la solución más extendida es instalar ventanas con triple acristalamiento bajo emisivo, combinadas con gas argón en la cámara y perfiles de PVC multicámara.

Este tipo de cerramiento permite que la temperatura interior se mantenga estable en torno a los 21 ºC, incluso cuando fuera hay picos de frío o de calor. El ahorro energético medio anual en estas viviendas supera el 60% respecto a las casas tradicionales con ventanas simples. Además, las ventanas con control solar evitan el sobrecalentamiento en verano, reduciendo la necesidad de aire acondicionado.

En zonas con climas más húmedos, como la costa norte, es habitual recurrir a ventanas de aluminio con rotura de puente térmico, ya que este material resiste mejor las inclemencias y mantiene el aislamiento en condiciones de alta exposición a la lluvia. Aquí, la combinación de vidrio bajo emisivo y capas acústicas también mejora el confort frente al ruido exterior, otro aspecto clave en las Passive House urbanas.

Estos ejemplos muestran que no existe una única receta. Lo esencial es que la instalación de ventanas sea realizada por profesionales que entiendan las necesidades específicas de cada proyecto y adapten el diseño al entorno climático, la orientación y el presupuesto del cliente.

Beneficios de vivir en una Passive House

Vivir en una Passive House con ventanas de alta eficiencia ofrece una serie de beneficios que van más allá del ahorro energético. La primera ventaja es el confort: al eliminar corrientes de aire y mantener una temperatura uniforme, los espacios resultan mucho más agradables para la vida diaria.

Otro beneficio clave es la salud. Las casas pasivas incluyen sistemas de ventilación controlada que garantizan aire limpio, libre de polvo y polen, lo que mejora la calidad de vida de personas con alergias o problemas respiratorios. Además, al evitar humedades y condensaciones, se reduce el riesgo de moho y bacterias.

En el ámbito económico, la inversión inicial en ventanas con rotura de puente térmico y vidrios de control solar se amortiza en pocos años gracias al ahorro en calefacción y refrigeración. Y a nivel medioambiental, las emisiones de CO₂ se reducen de forma significativa, contribuyendo a un futuro más sostenible.

Por último, es importante destacar la revalorización del inmueble. Una vivienda certificada como Passive House no solo consume menos energía, sino que también incrementa su valor de mercado, ya que cada vez más compradores priorizan la eficiencia energética al tomar decisiones de compra.

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